Mira a la cámara con desagrado. Está incómoda y es algo difícil de comprender teniendo detrás suyo un idílico bosque escandinavo. Lleva un top de macramé de color marfil y unos pitillos negros muy ceñidos que resaltan sus largas piernas.Su corta melena rizada y su piel se funden con el top en monocromática armonía. Sus facciones son menudas. Es bonita y el no ser consciente de su belleza la hace todavía más atractiva. Posa algo encorvada,con una mano en la cintura y la cabeza ligeramente girada a la derecha con una expresión de "hazme la foto de una puñetera vez". Es Karen, una de mis amigas por correspondencia. Es alemana, de madre finlandesa. Tiene 22 años, ama la poesía, los gatos y Londres. Se ha graduado en diseño de moda pero ahora, dice, está estudiando literatura. Leyendo sus cartas, que escribe en un perfecto y rico inglés (muy superior al de algunos de mis British penpals) compruebo que es una persona muy inteligente. Disfruto intercambiando impresiones con ella sobre los más variopintos temas y a juzgar por la regularidad y extensión de sus cartas, yo no debo de resultarle tampoco aburrida. Un día me envía un pequeño paquete. Es un libro de poemas de varios autores entre los que figura ella. Me impresiona su poesía y agradezco que haya compartido su arte conmigo. Me comenta que tiene planeado viajar a Inglaterra en breve. Yo estoy a punto de partir a Londres y le doy mi nueva dirección.
Mencionamos la posibilidad de quedar algún día para conocernos. Puede ser divertido.
Una vez en la capital del Támesis tengo tiempo para todo menos para mis amigos por correspondencia. Es normal. Lo mismo le ocurre a Karen. En la única carta que me envía desde Buckinghamshire comenta que ha iniciado una relación con Ian, su viejo amigo inglés, y se está planteando mudarse allí definitivamente.Por entonces yo estoy viviendo mis años nómadas: seis meses en Londres, seis meses en Barcelona,etc. Tengo prácticamente aparcada la afición de escribir cartas. Conservo algunos de mis penfriends pero hemos sustituido las cuartillas y los sobres por el e-mail. En unas navidades en Barcelona me llega una carta de Karen. Ha cambiado de casa y de ciudad pero sigue viviendo en Alemania. Me confiesa algo terrible. De niña sufrió abusos sexuales por parte de su padre y hasta ahora no ha tenido el valor suficiente para romper toda relación con él. Aparte de ser un asqueroso pederasta es un sádico que disfruta torturando y matando animales. Karen me cuenta, obviando detalles escabrosos, que a los siete años fue testigo de cómo su padre asesinaba a su gato. Dice que ha dejado a Ian. Lo vivido en su infancia le impide confiar en los hombres. Ha empezado a acudir a un psicólogo y la animo a seguir con la terapia. En el siguiente año le escribo un par de cartas que no contesta. No vuelvo a tener noticias de ella.
Apenas recibo ahora correspondencia. Todo son correos electrónicos. Encontrar una carta personal en el buzón es todo un acontecimiento. Qué bonito sobre de angelitos. Muy apropiado para un mes de Diciembre.La carta la remite Keith. ¿Keith? La letra me parece familiar pero no conozco a ningún Keith. Buf, no quiero más amigos por correspondencia, gracias. Abro la carta sin mucho entusiamo y al empezar a leerla veo que se trata de alguien con quien ya he tenido contacto porque se disculpa por la tardanza en responder a mis misivas. "Desde que he conseguido liberarme de todas las cargas del pasado, mi personalidad ha dado un giro de 180 grados. Tengo más autoestima, energía y paz interior. Mi metamorfosis está alcanzando nuevas dimensiones porque he descubierto, o debería decir que he admitido, que soy transexual. Como podrás ver en el remitente he cambiado mi nombre. A partir de ahora llámame Keith.
Karen ya no existe".
Me explica que a mucha gente de su alrededor le cuesta aceptar su nueva identidad y se siente dolido por la reacción negativa de tres de sus mejores amigas.Sólo espera que yo no me sienta engañada. ¿Engañada?¿ Pero por qué? Sigue siendo la misma persona de antes pero más libre porque ya no tiene que fingir ser lo que nunca ha sido."Ni puedo imaginarme lo mucho que habrás sufrido" Le felicito por su valentía y decisión y le agradezco su confianza. Me cuenta que participa en dos grupos de autoayuda; uno de víctimas de pederastas y otro de personas transexuales, cuyo apoyo le está resultando muy valioso. Dice que un día salió de casa con bigote y barba postiza y le encantó comprobar que podía pasar perfectamente como un hombre. Ahora viste con ropa masculina y ha empezado un tratamiento hormonal."Todas esas normas sobre cómo deberían ser y comportarse los hombres y las mujeres son tan estúpidas y restrictivas.¿Cómo se supone que debo comportarme como hombre? ¿Por qué no pueden seguir gustándome el punto de cruz y los peluches?" No puedo estar más de acuerdo con él.
Tienen que pasar doce meses para volver a saber de Keith. Ha cambiado, otra vez, de domicilio. Ahora vive en una ciudad más grande. Ha alquilado un pequeño apartamento con jardín. "Lástima que no me permiten tener gatos." Se ha hecho amigo de una pareja gay que vive en el mismo bloque. "Soy casi como un hijo para ellos.Me han invitado a pasar el día de Navidad en su casa. Les estoy preparando algunos dulces". No quiere volver a saber nada de su madre. "Fue testigo de los abusos a los que me sometió mi padre y no hizo nada. Para ella era más importante no sacrificar su acomodado nivel de vida" Me informa de que está planeando denunciar a su progenitor. Quiere justicia. Sabe que su familia entera le dará la espalda cuando se haga pública la denuncia pero qué más da si a ésto no se le puede llamar familia... Todos los psicólogos con los que ha hablado le han dicho que es muy poco probable que individuos como su padre cesen sin más sus repugnantes y sádicas actividades, por lo que está decidido a llevarle a los tribunales y a meterlo entre rejas. "Quién sabe lo que puede esta haciendo ahora...Quizás compra animales para martirizarlos y matarlos.No quiero que haga sufrir a nadie más. He consultado con una abogada y me dice que tengo muchas posibilidades de ganar el caso".
Ha logrado el cambio legal de su nombre,sigue con las hormonas y espera que su seguro de salud corra también con los gastos de quirófano. Su voz ha cambiado, tiene más músculos y vello. "Lástima que mi problema con el acné ha empeorado". Me adjunta una foto de carné. Cabello corto rubio oscuro, rostro alargado y sosteniendo la mirada a la cámara. No queda ningún rastro de Karen. Se lamenta de que mucha gente lo tome por un muchacho adolescente. "Dentro de uno años te alegrarás de aparentar menos edad, créeme" le digo.
Está grabando todo su proceso de cambio físico en vídeo y escribiendo un diario. Una cadena de televisión se muestra interesada en realizar un documental al respecto.
Nuevo año, nuevo mes de Diciembre y nueva epístola de Keith. Hace justo una semana que se ha sometido a una intervención quirúrgica en la que le han extirpado ambos pechos. Ha perdido mucha sangre, debe llevar todavía un apretado corsé y el enorme dolor no ha remitido pero aún así se siente feliz. "¡Un paso más!" A finales de Enero llegará otra operación: eliminar útero y ovarios. Yo casi me mareo al leerlo pero me siento feliz por él. Me envía una nueva foto en la que aparece con Erik, su nuevo novio. Es un señor mucho más mayor que Keith. Se le ve una persona agradable,tranquila. Transmite buenas vibraciones. Rodea cariñosamente con su brazo a Keith y éste luce una enorme y satisfecha sonrisa. Se le ve despreocupado, feliz. Me alegro mucho. Se lo merece.Esta fue la última carta de Keith. No recuerdo quién dejó de escribir a quién. Qué importa. Espero y confío en que la vida haya tratado por fin bien a Keith.
este amigo tuyo ha tenido que sufrir mucho a lo largo de su vida. por los abusos de su padre y por ser testigo de su crueldad con animales. y, por otro lado, por la lucha interior que debió tener al plantearse cambiar de sexo y la intolerancia con la que se ha encontrado. pero al final ha sido valiente y está teniendo la vida que ha elegido...
ReplyDeleteEs una pena que tenga detrás una historia tan dura pero lo bueno es que ahora por fin puede ser quien quiere ser. Estoy segura de que volverás a tener noticias suyas y serán buenas noticias. Un besote!!!
ReplyDeleteQué historia tan terrible. No sé cómo ha podido soportar algo así, es una persona muy fuerte.
ReplyDeleteEspero que sea feliz al fin.
Besos
Una de las cosas que más me impresionaba de Keith era la sensatez, entereza que transmitía en sus cartas. Creo que otras, muchas, personas en su misma situación hubieran terminado muy mal. Sería bonito volver a tener noticias de él. Espero que por fin le vaya todo bien.
ReplyDeleteUna vida muy dura pero ¡ole por él! por enfrentarse a todo y por afrontar los cambios con tanta valentía. Esperemos que todo lo vaya bien
ReplyDeleteMe ha gustado leer la historia de Keith. Hace años que siempre comento que los trans son quizá las personas con la vida (socialmente hablando) más dura de todas. Muy mal vistos en general por la gente hetero, e incluso parte de la comunidad LGBT tampoco les tiene demasiada simpatía. Espero que le vaya bien, de veras que sí.
ReplyDeleteYo también creo que la gente trans es el colectivo más discriminado.A mi me apena ver como aún se hace burda chanza de la condición transexual en películas y series de televisión.
ReplyDeleteKeith sufría doble discriminación por ser chico trans y gay. Había gente que le decía que porqué quería cambiar de sexo; si había nacido chica y le gustaban los hombres...Que eran ganas de complicarse la vida. Triste la visión tan simplista de algunos y la poca capacidad de meterse en la piel de los demás.
Muchas gracias por todos vuestros comentarios. Os los agradezco enormemente. Sé que muchas veces da pereza leer posts tan extensos pero me apetecía contar la historia de Keith (a quien naturalmente le he cambiado el nombre) y celebro que os haya gustado.
Bss!